sábado, 4 de diciembre de 2010

nota diario Clarín


Ya lleva 1.010 días un acampe récord en la Plaza de Mayo
04/12/10
Más largo que la Carpa Blanca de los docentes. Lo hacen ex soldados que estuvieron en el continente durante el conflicto de Malvinas. Piden que el Estado los reconozca como veteranos de guerra. Uno de ellos se mudó allí en forma permanente.


Cuando un canal de televisión pasa imágenes de la plaza, fijate que el costado en el que estamos nosotros nunca aparece. No nos toman. Es como que la plaza tuviera un pedazo menos”, dice Luis Giannini. Está sentado en la precaria carpa que en febrero de 2008 fue instalada en Plaza de Mayo –sobre el costado que da a Hipólito Yrigoyen– por un grupo de hombres que busca que el Estado los reconozca como veteranos de la Guerra del Atlántico Sur, en 1982.
La carpa –hecha con trozos de tela y plásticos, sostenidos con maderas y cañas– ya parece no llamar la atención de casi nadie. Forma parte del paisaje en la Plaza que es un símbolo de Buenos Aires, a tal punto hoy cumple 1.010 días de permanencia ininterrumpida, un récord que supera a la Carpa Blanca de los docentes (ver De aquel...
).
“Al principio –cuenta Giannini–, venía muy seguido la Policía, a intentar sacarnos. Nos decían que no se podía acampar en la Plaza de Mayo. Después se fueron dando cuenta de que lo nuestro era en serio y que no nos íbamos a ir . Ahora ya no vienen más”.
Giannini, que es de Lanús y en 1982 tenía 20 años, había sido dado de baja del servicio militar en noviembre del año anterior. Tres días después del estallido del conflicto de Malvinas volvieron a convocarlo y lo enviaron a Comodoro Rivadavia, primero, y a Puerto Santa Cruz, más tarde. Volvió a Buenos Aires a fines de junio, cuando la guerra ya había terminado. Hoy, 28 años después, oficia de vocero del grupo que acampa en la plaza.
Son ex soldados que fueron movilizados durante la Guerra de Malvinas, pero no estuvieron en las Islas, sino en el continente, en las provincias de Chubut, Santa Cruz o Tierra del Fuego. Ya en democracia, a ese grupo lo dejaron afuera de los beneficios de los que gozan los ex combatientes y ellos dicen que es una injusticia porque en el continente también hubo acciones bélicas, que incluso dejaron 17 muertos.
De hecho, resaltan que la movilización del Ejército argentino no se limitó a los archipiélagos australes, sino al llamado TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur). “Veteranos de guerra no reconocidos”, se llaman a sí mismos en los volantes que reparten diariamente en la Plaza de Mayo. Su pelea en el Congreso viene de lejos. Empezaron –cuentan– tratando de persuadir a los legisladores en la época en que los que mandaban eran César Jaroslavsky y José Luis Manzano y hoy siguen perseverando, con los diuptados y senadores actuales.
En la carpa tienen siempre una garrafa, con la que cocinan guisos. De vez en cuando aparece carne y una bolsa de carbón y hacen asados. Dicen que no reciben ayuda de nadie y que el costo de la comida se reparte siempre “a la romana”. Que las necesidades de baños las cubren los McDonald y los Burger King más cercanos. Que son cerca de 800 y que se van turnando para mantener siempre presencia en la carpa, donde hay en forma permanente al menos 10 o 15 personas.
Uno solo de los ex soldados –eso sí– vive en forma permanente en la Plaza. Se llama Daniel Repetto, es soltero y cuenta que hasta 2007 vivía en el cuarto de un hotel, cerca de Plaza Italia.
“En 1982 estaba haciendo el servicio militar en el Regimiento I, de Patricios, y con la guerra me mandaron a Comodoro Rivadavia, donde estuve hasta el final. Muchos todavía piensan que la guerra sólo se desarrolló en la Islas. Nuestra historia fue ocultada durante años”, dijo.
Hoy Repetto es el encargado de la logística del campamento, que incluye comida, limpieza y el cuidado del perro de color claro que hace tiempo fue abandonado por un artesano que paraba en la parte peatonal Perú y que desde entonces se encariñó y se quedó a vivir en la carpa de los ex combatientes, en Plaza de Mayo.

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